Hoy solo me apetece escribir. A lo mejor cosas sin sentido, pero mostrar todo aquello que puede conmigo, intentar derramar gotas en forma de letras.
Hace poco, escasos días, en un examen me pidieron hacer una reflexión, yo me centre en un tema hablado previamente en clase: El sentido de la vida.
Vivimos experiencias, crecemos, pero nunca nos planteamos donde esta el límite, hasta donde somos capaces de disfrutar de esta vida. Esto es algo indiscutible, el fin en seres imperfectos y finitos. Si, finitos. Ya va a hacer una semana, de cuando realmente he visto parte de este planteamiento en mi vida. Aqui se junta el amor y la fuerza. Lo veía lejano, algo que algun día pasaría, pero ese día llega y llegará en poco tiempo. El miedo me invade, no se que pasará, lo echaré de menos; estoy segura. Tengo miedo, pánico, a que todo ocurra en cuestión de semanas, de no estar, de no saber reaccionar.
Hoy, solo pido, a lo que sea, que me de toda la fuerza necesaria para conseguir superarlo y que cuando llegue el momento, lo tenga asimilado.
Querido diario, le quiero.
martes, 5 de junio de 2012
viernes, 1 de junio de 2012
Días en los que todo parece perfecto, pero sólo hay una cosa que te la puede empeorar, ver a una de las personas que más quieres en tal estado.
Es entonces cuando te planteas el sentido de las cosas, cuando necesitas darte cuenta de que nada es eterno. Es caer en ese agujero negro que la vida nos tiene preparado desde los primeros segundos de tu vida.
Hoy me he dado cuenta de que en momentos así llorar, dejar derramar alguna que otra gota salada es el mejor modo de expresar que eres humano, que no eres perfecto, eres débil. Eres un ser que amas.
Abuelo, te quiero.
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