miércoles, 17 de noviembre de 2010

Noche oscura, vacía.

Te levantas, miras el reloj, las 2 de la mañana. La noche se hace larga, se hace extensa. No paras de dar vueltas. Decides coger el iPod. Lo enciendes. Buscas el reproductor de música. No te apetece elegir cual va a ser la primera canción, por lo que decides que sea aleatorio. Le das al play. Comienza la melodía, se oyen las primeras notas, tristes, tanto como la oscuridad de la noche. Entonces reconoces la canción. ''No''-piensas. Pronto, se el estomago se encoje, los ojos se nublan; pero no tienes la suficiente fuerza como para cambiar de canción. Esa canción te recuerda a esa historia, te recuerda a él o simplemente te recuerda algo que has perdido o que ha cambiado. ''Tal vez hubiese sido mejor que nada de esto hubiese pasado''-piensas mientras las pequeñas gotas resbalan terminando mojando la almohada.
Deseas que todo volviese a empezar para hacer las cosas bien desde un principio. Piensas como todo pudo llegar hasta este extremo. '' ¿ A quien quiero engañar? Realmente nunca aprendí lo que es olvidar.'' La canción continua. Parece hacerse eterna, ¿cuanto dura? Entonces miras el móvil, los mensajes. Están todos allí asique nada podía ser un sueño, mejor dicho, una pesadilla. Los lees detenidamente, recordando la circunstancia de cada uno, el motivo. Lees sus respuestas, sonríes; te hacen sonreír. Lo dejas, te das media vuelta y piensas ''¿Algún día todo volverá a ser así?''.